Ha caído mi voz, mi última voz, que aún guarda mi nombre.
Mi voz:
Pequeña línea, pequeña canción que nos separa de las cosas.
Estamos lejos de mi voz y el mundo, vestidos de humedades blancas.
Estamos en el mundo y con los ojos en la noche.
Mi voz es fría y sucia como la piel de los muertos.
Jacobo Fijman.
Nada
en el cielo,
en tu cuerpo a solas
nada,
en tu silencio,
en tus manos
nada.
En tu iris,
la sombra luminosa
nada,
nada
en lo callado,
el aire
nada.
Recostada
sobre un parpado
ensangrentado,
lagrimas agrias,
nada
tu
nada
eres
nada.
La palabra
nada.
Apenas un atisbo,
el espacio vacío,
la pregunta,
nada,
nada nos queda.
(Inspirado y una muy marcada influencia de Chantal Maillard)
Sostengo tu lengua
la ato al vértigo del sonido,
sostengo tus pies,
como títere descarnado,
encierras una orquídea celeste
entre tus piernas.
Cierro
Abro
Amarro el denso
pliegue que te sostiene.
Ave,
pájaro sin nombre,
no se detiene,
soporta el vuelo
del viento en nudo.
Cae,
salta sin nombre
por montañas de sal
entre las heridas.
