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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Inhumación

He detenido el aire, camino extraña por calles incoloras, presentándose frente a mí el tiempo, ignoro en que momento sinteticé el viento, contemplo mis manos, lluvia cae gota por gota, decidí quitarme mis anteojos, caminar sin ver y si caigo levantarme para volver a caer.

Me pregunto:

¿Sueño? El onirismo alude a cualquier deseo y tanta irrealidad desintegra anhelos.

Me detengo, compro un café, dos cigarrillos y observo de reojo mi reflejo, tiempo otra vez, lo ignoro decido seguir sin saber en donde empieza o termina el alba. Evado mi rostro no quiero mirarme.

Así es, estruendos me limitan, hay demasiado ruido, mi mirada sigue perdida, busca entre agua encharcada y mis pies mojados palabras que me hacen falta…no se explica, no se refiere a nada mi sombra.

Encierro esta verdad en la acrópolis de la realidad, nada debe pronunciarla. Toda yo soy una parodia, un cuento catastrófico, sonrío…vehemente desaire, enciendo el primer cigarrillo, otra vez hablando sola…esta ocasión para mi, diciéndome ardorosas quimeras. Sale de mi pecho la primera carcajada.

Tanta locura me desquicia, me siento impotente, nunca antes sentí que las palabras fueran insuficientes. Cerré mis ojos, me negué el alivio que da el paisaje, esté donde esté más compleja es la historia.

Alguien profanó mi mente robó cada pensamiento cuerdo, y se mueve insistente entre lo precario del verso.

Se aproxima, su cuerpo se delinea entre el espasmo súbito de la elocuente noche, es él…sigo de frente, no lo observo, dejó de doler su viento, lo olvidé.

Hay tanta nada en mi cabeza que no comprendo la coherencia de mis ruidos, quisiera no escuchar, no ver, no ser. Intransigente mi cuerpo evade todo destino, no pretendo llegar, si no seguir, jamás parar, jamás sentir. Me niego a esa idea fatal de un vuelo destellante.

No quiero que vuele, si a de estar a mi lado, solo pido lo irreal, que sea nocturno, que se deshaga con el aire, como hálito complejo que emana de mi antagonista existencia para después volver a ser real. Aniquilo con esta punta de mágico desvelo cualquier razón para soñar.

Debo aferrarme a lo humano a lo asqueante de la realidad, mis ojos lo piden a gritos, despertar del letargo penetrante que invade este mundo…dejarme de necedades! Ser vapor que se pierde en lo real.

Exangüe el pensamiento se conduce hacia el suicidio. Odio las malditas flores, siempre las he odiado, prefiero la vertiginosa pero indeleble catástrofe de las letras, así sean apagadas o de un fulgor llameante que solo se calme con la espuma.

Y no para la lluvia de resbalar por mi rostro, me pierdo, ausente explosión, metáfora exánime.

Lúbrica muerte retrógrada….

Jamás llegué.

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